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viernes, 25 de marzo de 2011

ACERCA DE LA MUERTE DE DAVID VIÑAS


DAVID VIÑAS : LITERATURA, POLITICA “Y EN LA CHAQUETA UNA CUCHARA MUERTA”




“solo lo difícil es estimulante”

lezama lima



La muerte del gran escritor y maestro nos sorprendió dolorosamente, como las revelaciones indeseables…

De repente comenzamos a evocar nuestra historia personal, tan atravesada por este hombre que ya no habitará en su amada ciudad.

No solo la lectura de sus imponentes ensayos, investigaciones y ficciones, sino SU historia como militante revolucionario, intransigente en sus principios (algo tan ‘demode’ bajo el neoliberalismo) y consecuente con sus profundas ansias de emancipación.

Su trayectoria personal y literaria estaban marcadas por esa idea de Lezama Lima que citamos al comienzo. Toda su obra y su vida fueron un desafío a las dificultades que le planteaban los temas en los que incursionó.

Y no solo los temas literarios. Fundo, junto a su hermano Ismael, y militó –durante los ’70- en el Movimiento de Liberación Nacional (les decíamos ¨los del MaLeNa¨), organización política que llego a proclamar que la revolución en Argentina seria ‘necesariamente comunista, porque nuestra economía (la de entonces) tenia fuerte presencia del Estado’, algo así como importantes ‘elementos de socialismo’.

Toda la conducta de Viñas, así como su fisonomía, eran definidas, de contornos precisos y elocuentes, con esa belleza que otorga la mirada de los justos.

Por eso –entre otros motivos- nos indignan y producen asco las cuasi obscenas declaraciones de J. Asis, alegrándose de la muerte de Viñas. Nos recuerdan el tristemente célebre ‘viva la muerte’ de los fascistas europeos o el ¨viva el cancer¨ de los gorilas argentinos.

Justo ahora se nos muere David, en medio de este extraordinario debate abierto a partir de la presencia inaugural de Vargas Llosa en nuestra Feria del Libro.

Nos imaginamos cómo hubiera intervenido en esta excepcional polémica sobre el rol del artista y los intelectuales en las sociedades contemporáneas. Sin permitirse ni dar concesiones, ni aceptar –junto a todos nosotros, los de Carta Abierta- que la cuestión gire alrededor de ‘la libertad de expresión’, o la ‘censura’, como la presentaron los multimedios concentrados. Seguro que habría suscripto, junto a Forster, Battista, Feinman y tantos otros, -aun con las diferencias políticas que lo separaban de ellos- el disgusto porque a Vargas Llosa, lenguaraz de la derecha internacional y agresor verbal-conceptual del pueblo y gobierno argentinos, se le ofreciera la tribuna mayor en la inauguración de la Feria del Libro.

Ciertamente que habría confluído con nuestra apreciación acerca del olor a provocación política que tiene la invitación formulada por los organizadores de la Feria al escritor peruano-español. Así como en la certeza que abrigamos respecto a que estos nuevos tiempos que vive nuestra Patria y Latinoaméica alientan y alimentan la formulación de nuevos sentidos a palabras y conductas y al surgimiento de otras hegemonías ; algo absolutamente concomitante con el debate acerca del compromiso de todos aquellos que “trabajan en la producción y difusión de ideas, a los que son profesionales de lo ideacional, de lo simbólico”(1). Y que para ello nos damos y buscamos la mayor libertad de expresión y creación, pero eso si PARA TODOS ¡. No solo para los que gozan de la protección de los medios concentrados nacionales y extranjeros.

Claro que es una batalla cultural, pero también es una batalla política, y si es política es de Poder, habría acotado David.



‘DAR LA CARA’



Vargas Llosa, define a nuestro Espacio Carta Abierta como de `piqueteros intelectuales`, con intención descalificatoria, endilgándonos la pretensión de ejercer sobre él alguna ‘censura’ o coartar ‘su’ libertad de expresión.

Si se necesitaba una prueba mas de la profunda convicción del uso democrático de la palabra que defiende y ejercita Horacio González (injustamente atacado por el Premio Nobel), fue el extraordinario homenaje a David Viñas que se realizo el sábado 12 de marzo en la Biblioteca Nacional, en la Capital Federal.

Nos reunimos mas de 300 personas, presididas por el rostro con mirada escrutadora de David, a hacer memoria y rendir tributo a este gran escritor, testigo y hacedor de nuestra historia en el siglo XX.

Horacio González y María Pía López condujeron un acto pleno de matices e inflexiones discursivas ; generoso en el anecdotario emotivo y calido. Algo así como un friso que se autoconstruye con distintas figuras y miradas diversas. Nadie que tuviese algo que decir sobre Viñas quedó afuera. Sólo aquellos a los que el dolor no dejaba hablar…

Vimos fragmentos de una intervención suya en un Congreso ´interpretando´ una magnífica poesía de Cesar Vallejo(2), tan transgresor e irreverente como él...

Ricardo Piglia, Eduardo Gruner, Soledad Sylveira, Raul Serrano, Cristina Banegas, Beatriz Sarlo, David Divinsky, Eduardo Freidenberg, Americo Cristofalo, Gabriela Mizrahi, colaborador@s y discípul@s suyos, en la Ftad. de Filosofia y Letras de la UBA, el mismo H. González y tantos otros cuyos nombres no recordamos en este preciso instante, compusieron mas que un friso – que permanecería inmóvil – una verdadera sinfonía llamada DAVID VIÑAS.



Ilda ´Pelusa´Lucchini

Alberto Celentano





(1) La Selva Académica (Los silenciados laberintos de los intelectuales en la universidad). R. Follari. Ed. Homo Sapiens.



(2) SOLÍA ESCRIBIR CON SU DEDO GRANDE EN EL AIRE



Solía escribir con su dedo grande en el aire:

«¡Viban los compañeros! Pedro Rojas»,

de Miranda de Ebro, padre y hombre,

marido y hombre, ferroviario y hombre,

padre y más hombre. Pedro y sus dos muertes.

Papel de viento, lo han matado: ¡pasa!

Pluma de carne, lo han matado: ¡pasa!

¡Abisa a todos compañeros pronto!

Palo en el que han colgado su madero,

lo han matado;

¡lo han matado al pie de su dedo grande!

¡Han matado, a la vez, a Pedro, a Rojas!

¡Viban los compañeros

a la cabecera de su aire escrito!

Viban con esta b del buitre en las entrañas

de Pedro

y de Rojas, del héroe y del mártir!

Registrándole, muerto, sorprendiéronle

en su cuerpo un gran cuerpo, para

el alma del mundo,

y en la chaqueta una cuchara muerta.

Pedro también solía comer

entre las criaturas de su carne, asear, pintar

la mesa y vivir dulcemente

en representación de todo el mundo.

Y esta cuchara anduvo en su chaqueta,

despierto o bien cuando dormía, siempre,

cuchara muerta viva, ella y sus símbolos.

¡Abisa a todos compañeros pronto!

¡Viban los compañeros al pie de esta cuchara para siempre!

Lo han matado, obligándole a morir

a Pedro, a Rojas, al obrero, al hombre, a aquel

que nació muy niñín, mirando al cielo,

y que luego creció, se puso rojo

y luchó con sus células, sus nos, sus todavías, sus hambres, sus pedazos.

Lo han matado suavemente

entre el cabello de su mujer, la Juana Vázquez,

a la hora del fuego, al año del balazo

y cuando andaba cerca ya de todo.

Pedro Rojas, así, después de muerto

se levantó, besó su catafalco ensangrentado,

lloró por España

y volvió a escribir con el dedo en el aire:

«¡Viban los compañeros! Pedro Rojas».

Su cadáver estaba lleno de mundo.



CESAR VALLEJO

2 comentarios:

  1. Un lindo y sentido homenaje. Tal vez David Viñas nos siga acompañando, gracias este tejido resistente de la palabras, la experiencia y la acción.

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  2. La irreverencia del error de ortografía en el poema de Vallejos, habla por sí sólo.
    Sigamos descolonizando nuestras cabezas y sigamos rindiendo homenaje a nuestros pensadores, a quienes contribuyen con su irreverencia al nuevo pensamiento que hay que inaugurar para repensar a nuestra Patria.
    (Me hicieron pensar y disfrutar, como siempre)
    Adriana Ferraggine

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