ES UN ESPACIO DE COMUNICACION, INTERCAMBIO, PRODUCCION Y ANÁLISIS POLÍTICO EN SU ACEPCIÓN MÁS AMPLIA

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martes, 25 de enero de 2011

SOBRE LOS CUERPOS POLITICOS. Extrañeza del cuerpo.

Ya no alcanza con pensar desde los lugares habituales.



No solo el pensar sino el sentir y más que nada el hacer.



Un grado mayor de complejidad se ha creado–instalado en el hecho del análisis político y social en el mundo actual, en este país.



El hecho de pensar y pensarse en situación ya desborda por insuficiente los análisis políticos habituales. No dejan de ser metodologías repetitivas, previsibles, hasta anacrónicas, que hacen agua por todos lados y que además se presentan como graves problemas de algunos sectores de los medios de comunicación que parecerían no darse cuenta de lo necesario de algunos cambios para estar a la altura de las circunstancias.



El hecho de pensarse en situación se ha agotado. A mi entender, habría que pasar del “pensarse” al “verse” en situación. Es decir, el pensarse es un acto de la imaginación en soledad que invisibiliza al Otro o que lo coloca como imagen en un mismo plano. Por eso pensar es fácil. El “verse” es el acto real de visibilizar, porque incorpora a un Otro. La única forma de “verse” es con o frente a un Otro.



“Verse” en situación es estar colocado en un espacio determinado del entorno o contexto social, o si se quiere, “verse corporalmente”. Implica asumir que el entorno o contexto social modifica mi cuerpo o la posición del mismo en aquél.



En otros términos, verse en situación podría ser “compartir un espacio determinado del contexto social con Otro”. Por eso digo que la situación se ha complejizado. Se podría decir que esta fórmula yo-otro-espacio social siempre existió (?) Sí. Pero es la manera en que se analiza esto lo que se ha complejizado. Que con los instrumentos habituales no alcanza, hay que echar mano a otros, o diseñar algunos nuevos si podemos.



Digo: el “verse” con un Otro en un espacio determinado es un hecho político. Solamente si digo “veo” entiendo a este hecho como político porque conlleva una implicancia neta del cuerpo, del mío y del Otro.



A esta lectura en situación que hago la llamo definitivamente hecho político, por la implicancia social que tiene. De esta manera retiro o corro a este cuerpo de un hecho interpretativo, meramente biológico o de análisis neuropsíquico, en el sentido de interacción verbal.



En este ejercicio del “verme” en situación siento una cierta extrañeza casi intolerable de mi propio cuerpo. Extrañeza que tiene su anclaje en la inclusión de un Otro. Desde este lugar me permito hacer otro tipo de análisis porque los conocidos van a un nivel superficial que obstaculiza e infantiliza es decir, me colocan en un lugar de análisis moral que me tira para atrás, que refuerza los lugares melancólicos o de padecimientos, que se imbrican con un culto a la seguridad. De esta manera una mirada moral del hecho político subsume mi energía convirtiéndola en negativa, corre mi cuerpo y lo coloca en un lugar de vulnerabilidad el cual me hace perder esta fuerza interpelante que es la que me va a permitir construir con Otro.



No es fácil pensar lo político con un Otro o “frente” a un Otro (“levinasianamente” hablando), más un contexto determinado. Es realmente complejo, pero posible.



En buena hora, ya que se pondrá en juego la alteridad radical con ese Otro y el propio contexto como un Otro (ejemplo: yo, Otro y Villa Soldati). De esta manera lo político sería una experiencia de coexistencia.



Si no somos o no podemos ser en la comunión podemos ser en la diferencia, en lo opuesto, y ésta pasaría a ser una relación ética, y no moral, que siempre trae aparejada una mirada de dominio.



Una relación ética.



Aun más. Radicalmente ética, porque le pido al Otro lo mismo. Por eso entonces políticamente ética.



Hoy las construcciones políticas que se están dando en todo el país (desde organizaciones macro, hasta aquellas singularidades que aparecen a conformar diferentes escenarios, nuevos grupos, pequeños colectivos, etc., cada uno con sus experiencias de vida, con sus “saberes”, con sus diferentes cotidianidades, distintos, dispuestos a la confrontación con un Otro), generan un medio que, si bien complejo para su construcción, porque pone en juego la intolerable contradicción sujeto-grupo, igual es altamente permeable para efectuar su potencia al máximo, potencia no solo de pensar y de sentir sino de actuar, definitivamente “estar” en situación.



Walterio Cingolani



La Plata, 19 de diciembre de 2010

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