La Plata, 16 de noviembre 2010.
("Olla popular, Julián Bienvenido, Oleo)
• • Túpac Catari
A mí solo me matarán… pero mañana volveré y seré millones”
El militante Mariano Ferreyra fue alevosamente asesinado por una patota a sueldo de la burocracia sindical encaramada en la Unión Ferroviara, el dia 20 de octubre durante una protesta de los trabajadores precarizados de la Línea Roca.
No solo fue muerto el joven, sino baleados otros militantes -políticos y/o sindicales- que lo acompañaban.
Este espantoso hecho hizo que, de pronto, se extendiese esa ominosa sensación opresiva desencadenada en oportunidades tales como el asesinato del maestro Fuentealba por la policia de Sobisch en Neuquén. La omisión de acción por parte de las policías Federal y de la pcia. de Bs. Aires, en el lugar del crimen, acentuó esa sensación.
Al cabo de 7 años de gobierno , primero de Nestor y luego de Cristina Kirchner los argentinos salimos a la calle, todas las veces que lo creimos necesario, a ejercer nuestro derecho a reclamar sin temor a la represión. Y de repente, como con Fuentealba, la sangre derramada de un joven militante tiñe toda la realidad y pone en cuestión varios paradigmas de la sociedad.
Vuelve a ponerse en debate público el modelo sindical predominante, con dirigentes ‘obreros’ convertidos en empresarios explotadores de sus propios compañeros, tales como los llamados ‘gordos’ de la CGT, entre los cuales se encuentra Pedraza, Secr. General de la UF.
Se actualizan, dramáticamente, las crisis de representación (tanto política como sindical) y de formas de acumulación de fuerzas , que ya no pueden contener mas las nuevas realidades sociales construidas, dificultosa e incompletamente, desde mayo del 2003.
Recordamos, entonces, palabras escritas por nuestro cro. de Carta Abierta Horacio Gonzalez en ocasión de este vil asesinato .” Es momento entonces de reponer entre todos la claridad de las palabras y actitudes. Desquiciadas pero poderosas instituciones sociales argentinas –tema sobre lo que atestiguan demasiadas direcciones sindicales corroídas– albergan en su corazón espurio el recurso a la violencia como principio para resguardar posiciones que ya no tienen aval colectivo. Mariano Ferreyra es una víctima de esta configuración funesta. Mártir es. Mártir estudiantil-obrero. Inesperado corazón de nosotros mismos, de nuestros corazones percudidos. Su vida es el testimonio de la insatisfacción del sector cuantioso de la juventud argentina respecto, primero, de la forma estrecha en que se realizan las opciones laborales y existenciales, y segundo, de la tacaña manera en que las fuerzas políticas establecidas practican sus quehaceres. La muerte que le ha tocado nos rebaja y cuestiona a todos. Agrieta nuestra conciencia y pone un luto consternado en nuestros trabajos y compromisos. Una muerte, esta muerte, sacude la conciencia política general. “
Se imponía entonces, y hoy día también, el esclarecimiento total del crimen, el juicio y castigo a sus autores materiales e intelectuales y sobre todo fondear el debate sobre los modelos sindicales y de construcción política puestos en crisis una vez mas y que nos conciernen – especialmente- a todos los que apoyamos el modelo nacional, democrático y popular en vigencia.
EL RAYO QUE NO CESA
En medio de la conmoción por el asesinato de M. Ferreyra, la Historia, vital, tumultuosa e imprevista nos volvió a golpear intensa y muy duramente.
La muerte de Nestor Kirchner, apenas una semana después del crimen, dio vuelta como un guante la situación política nacional, haciendo emerger caudalosamente al escenario público el nuevo Pueblo, que venia a constituirse plenamente como tal. Pueblo forjado en esta ultima década, desde el Apocalipsis del modelo neoliberal en diciembre del 2001 hasta la actualidad.
Todos y cada uno de los que nos sentimos parte de ese Pueblo repasamos incesantemente los logros conquistados de la mano del líder muerto, a sabiendas de que muchísimas transformaciones quedaban afuera de ese inventario caótico, desprolijo, improvisado con el cual buscábamos reconfortarnos para afrontar la adversidad irreparable.
De todos los sucesos de esos días aciagos si algo hubo que nos rescato del dolor ,insoportable como el rayo que no cesa, fue la irrupción – tan inesperada como la de ese pingüino en la Rosada en mayo del 2003- de los jóvenes que en masa circularon por el Salón de los Patriotas Latinoamericanos y en muchos otros lugares de nuestro país, para decir Gracias Nestor! , Fuerza Cristina!.
Que maravilloso acontecimiento catalizaba la muerte del cro. Nestor ¡ Nos devolvía a miles y miles de jóvenes….Los sacaba de la anomia, del descreimiento, la indiferencia y la ‘zoncera’ a las que los llevaron la dictadura genocida, la cultura neoliberal, los grandes medios de comunicación y los gerenciadores de la política, defraudadores sistemáticos de toda esperanza, que gobernaron desde 1983 hasta el 2003.
En los miles que hoy toman la posta de la militancia para construir una patria y una latinoamérica emancipadas con pueblos prósperos y felices, palpitan el rostro y el espíritu resurrectos de Mariano Ferreira.
Ilda Pelusa Lucchini
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